jueves, 18 de septiembre de 2014

La lucha contra el oportunismo y el revisionismo modernos La experiencia de los comunistas húngaros

Revista Comunista Internacional-Gyula Thürmer.- En 2004, cuando el Partido Obrero húngaro (Munkáspárt) celebraba su 15 aniversario, se lanzó un fuerte ataque político e ideológico contra el partido. Hasta ese momento fue el mayor y más duro ataque de las fuerzas oportunistas en el seno del partido y casi resultó en la destrucción del mismo. Tras 500 días de dura lucha interna y externa, el Partido Obrero pudo superar esta enfermedad. El partido resultó debilitado pero no lograron destruirlo.
El Partido Obrero extrajo una serie de conclusiones de estos acontecimientos: fortaleció su carácter marxista-leninista, solidificó la dirección, renovó el sistema de formación del partido, modificó el nombre del partido a Partido Comunista Obrero[1], abandonó el Partido de la Izquierda Europea y, en 2012, adoptó un nuevo programa del partido.



¿Quién conformaba la oposición oportunista interna?

En 2004 y 2005 la oposición interna, dirigida por el entonces vicepresidente del partido Attila Vajnai, inició un ataque contra la línea política del partido.
El caldo de cultivo para la oposición oportunista interna se hallaba en dos lugares fundamentalmente. Primero, en las localidades donde el Partido Obrero cooperaba con el Partido Socialista Húngaro (MSZP) en gobiernos locales (por ejemplo en Pécs, Eger, Komárom, Kecskemét y muchas otras). El Partido Obrero tenía como orientación que, en casos concretos y en beneficio de los intereses de las masas trabajadoras, podía y debía cooperar con otros partidos, incluyendo al MSZP, pero eso no significaba que la cooperación fuera de carácter estratégico.
Nuestros representantes en los gobiernos locales recibían reconocimiento público, un papel y una posición y, para ser francos, unos considerables ingresos comparados con nuestros modestas condiciones. No calculamos la posible influencia del dinero. El MSZP fue capaz de comprar, literalmente, a varios de nuestros representantes.
El otro caldo de cultivo para el oportunismo se hallaba en Budapest, entre círculos intelectuales. Prácticamente todos los dirigentes de la oposición oportunista pertenecían a la antigua “nomenclatura” de la Hungría socialista: antiguos jefes de departamentos del Comité Central, primeros secretarios de comités regionales, altos funcionarios estatales, coroneles y generales, profesores de la antigua Escuela Superior del Partido, etc.. Solían decir que tenían muchos amigos en el Partido Socialista y se negaban a afrontar el hecho de que el MSZP se había convertido en un partido burgués, derechista y socialdemócrata.

¿Qué pretendía la oposición oportunista?

La oposición oportunista interna pretendía sustituir a la dirección marxista del partido y revertir la naturaleza marxista, la estrategia, la táctica, la estructura organizativa y la orientación en política exterior del partido.
Como es natural, ninguno de tales objetivos se mostró de forma inmediata o directa, como tampoco ocurrió con las ambiciones personales. Esto hizo que la lucha contra los oportunistas fuera más difícil. ¿Cuáles eran los objetivos concretos y los principios que proclamaban?
1. “La Izquierda Unida”
La principal consigna de las fuerzas oportunistas era “unir a la izquierda”, es decir, unirse con la socialdemocracia y con “toda fuerza de izquierdas”. Es cierto que aceptaban la posición de la mayoría de miembros del Partido Obrero según la cual en Hungría existía capitalismo y la clase capitalista estaba formada por dos grupos principales: socialdemócratas liberales por un lado y nacionalistas-conservadores por otro.
Pero, al mismo tiempo, declaraban que una victoria de las fuerzas nacionalistas-conservadoras llevaría al fortalecimiento de la ultraderecha e, incluso, al fascismo, y por tanto, para evitar eso, el Partido Obrero debía cooperar con la socialdemocracia y, específicamente, con el Partido Socialista Húngaro (MSZP).
2. “El Partido de la Izquierda Unida”.
Los oportunistas planeaban crear tal organización, a la que se unirían una parte del Partido Obrero, socialistas de izquierda, técnicos agrícolas, empresarios decepcionados, funcionarios, etc. Como ejemplo utilizaban la Izquierda Unida española o la unión de izquierdas finlandesa Vasemmistoliitto.
En paralelo a la idea de un “partido de la izquierda unida”, comenzaron a organizar a través de Internet un “foro del movimiento obrero renovado”. Declararon que ellos estaban “a la izquierda de la socialdemocracia y buscando una alternativa a las políticas neoliberales”. Hicieron especial énfasis en el hecho de que eran independientes del Partido Obrero. Y dirigieron un ataque brutal, que por su dureza sobrepasaba incluso a la de los medios burgueses, contra las políticas y la dirección del Partido Obrero.
Tales posiciones utilizaron una retirada temporal de la clase obrera para demostrar que la principal contradicción y, por tanto, la lucha, ya no era entre capital y trabajo, sino entre la globalización capitalista y, por decirlo así, “las organizaciones que buscan una alternativa a las políticas neoliberales”.

3. “La transformación del capitalismo” en lugar de la lucha revolucionaria.
La oposición oportunista pretendía alcanzar fundamentalmente objetivos políticos, sustituir a la dirección marxista del partido y tomar el control del Partido Obrero, pero también formularon algunas posiciones ideológicas. Citando ejemplos de movimientos de izquierda latinoamericanos y del Foro Social, declararon que no había necesidad de la lucha de clases, que “podemos transformar el sistema de explotación utilizando las formas de la democracia directa”. Enfatizaron que, bajo las actuales condiciones, la propiedad de los medios de producción ya no es importante y que lo más importante no es poseer los medios de producción, sino ser capaces de mantenerlos bajo control.
4. El fascismo como principal peligro.
Los oportunistas asumieron y se hicieron eco de los argumentos de la socialdemocracia y la burguesía liberal, según los cuales en Hungría estaríamos en el proceso de fortalecimiento de la extrema derecha, más que eso, del fascismo, y que la victoria electoral del partido conservador-liberal despejaría el camino al fascismo.
En el terreno práctico, estas fuerzas restringieron la lucha contra el fascismo a la lucha contra el antisemitismo y la negación del Holocausto. Olvidaron el hecho de que el fascismo es una consecuencia, una complicación de la enfermedad y no la enfermedad en sí. La enfermedad, la causa del fascismo, es el propio sistema capitalista.
Había extrema derecha en Hungría en 2004. La extrema derecha utiliza tradicionalmente dos factores: por una parte el hecho de que en Hungría, con una población de 10 millones, hay entre 700 y 800 mil gitanos, a quienes el sistema capitalista ha hecho imposible obtener un empleo, lo que ha convertido a la población gitana en fuente de importanes conflictos sociales. Por otra parte, la extrema derecha utiliza el hecho de que Hungría alberga a una de las comunidades judías más grandes de Europa.
Sin embargo no se puede hablar de una amenaza fascista inminente. Es un hecho que los partidos conservadores fueron los primeros en adoptar las leyes anticomunistas cuando en 1993 prohibieron el uso público de la estrella roja y de la hoz y el martillo, pero los gobiernos socialdemócratas que vinieron detrás no hicieron nada por cambiar esta situación.
5. “Partido democrático y abierto”.
Los oportunistas se oponían al principio del centralismo democrático. Declararon que las decisiones del Comité Central no eran de carácter obligatorio, sino únicamente recomendaciones. Enfatizaron que la minoría no debía verse obligada a respetar la decisión de la mayoría. Los representantes de estas posiciones no querían tener una organización militante que sirviese a los intereses de los trabajadores, sino que querían crear algo de otro tipo, algo como un foro de debate basado en Internet.
La dirección de tres (de un total de 19) organizaciones regionales (Baranya, Bács-Kiskun y Somogy) se oponía frecuentemente a la política del Comité Central en sus decisiones oficiales y en sus actividades.
Intentaron convertir el Comité Ético del partido en una dirección paralela opuesta al Comité Central.
Planearon cambiar la estructura del partido, sustituir el partido centralizado y disciplinado por una imprecisa alianza de organizaciones.
En lugar del triple requerimiento a los miembros del partido (aceptar el programa, realizar trabajo concreto en una organización de base y pagar las cuotas), habrían abierto el partido a todo simpatizante. Apoyaban la posibilidad de afiliarse al partido por Internet.
En la actividad mediática del partido, en lugar de una propaganda consciente y organizada proclamaba la necesidad de tener unos poco definidos foros y webs sociales.
6. Los foros sociales y otros movimientos de la sociedad civil.
Los dirigentes de la oposición oportunista acudieron a muchos actos del Foro Social Europeo. Se inclinaban cada vez más a pensar que un partido comunista debía identificarse con las organizaciones y los movimientos civiles.
Su posición era que hoy en día ya no se puede considerar a la clase obrera como la principal fuerza de la lucha revolucionaria y que, de ahora en adelante, este papel lo juegan las clases intelectuales y medias que están hoy más activas en política y que están presentes principalmente en los movimientos civiles.
7. La alianza con el Partido de la Izquierda Europea.
Los oportunistas también dañaron el sistema de relaciones internacionales del partido. Argumentaban que el Partido Obrero no debía apoyar el Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros sino fortalecer la cooperación con la Izquierda Europea y el grupo GUE/NGL[2] del Parlamento Europeo.

¿Qué hizo posible la aparición y el fortalecimiento del oportunismo?

La aparición y fortalecimiento del oportunismo fue resultado de la combinación de varios factores, parte de los cuales estaban relacionados con el período socialista previo y otros eran producto de las últimas dos décadas.
1.La mayoría de miembros del Partido Obrero había crecido en los años del socialismo, en el espíritu del XX Congreso del PCUS.
En el sistema de formación del partido las cuestiones de la lucha de clases se trataban con el espíritu del XX Congreso del PCUS. Se enseñaba que la lucha de clases se reduce, es más, en el socialismo desaparece o, si existe, lo hace sólo en el ámbito internacional. En la política interna la “colaboración”, los intereses “nacionales” de “toda la sociedad” son cruciales.
La mayoría de miembros del Partido Obrero fueron instruidos en que los comunistas debían cooperar con los socialdemócratas. Se trataba de una afirmación repetida incontables veces, casi un dogma, que hubiera sido posible evitar el ascenso al poder de Hitler si los comunistas hubieran cooperado con los socialdemócratas. Estas posiciones también eran confirmadas por el XX Congreso.
Las relaciones entre los países capitalistas y socialistas, según el dogma del XX Congreso, se esperaba que fueran para siempre de coexistencia pacífica. Se olvidó que el capitalismo siempre pretendió y sigue pretendiendo destruir el socialismo.
2. La mayoría de miembros del Partido Obrero no tenía experiencia en la lucha de clases.
En 1956 el movimiento comunista húngaro tuvo que hacer frente al hecho de que existían fuerzas contrarrevolucionarias que pretendían derrocar al gobierno obrero y campesino. La experiencia de 1956 forjó a esa generación. Quienes vinieron después no tuvieron tal experiencia.
3. Durante mucho tiempo existió en la política del Partido Obrero un análisis ambivalente sobre el Partido Socialista Húngaro (MSZP).
En otoño de 1989 se formaron dos partidos sobre la base del antiguo Partido Socialista Obrero Húngaro (MSZMP). Miembros del Partido Obrero y, durante bastante tiempo también una parte de la dirección, mantuvieron ilusiones de que podrían cooperar con el MSZP en la lucha contra el capitalismo en beneficio de los intereses del pueblo trabajador.
El año 2002 fue decisivo en esta cuestión. En la segunda ronda de las elecciones parlamentarias de 2002 el Partido Obrero retiró a sus candidatos en ocho distritos electorales unipersonales, contribuyendo así a la victoria de los socialistas y del gobierno Medgyessy. Posteriormente, la dirección del Partido Obrero diría con frecuencia, autocríticamente: “sabíamos que estábamos tomando la decisión equivocada, pero los miembros de nuestro partido creían en el MSZP y la dirección del partido se dejó llevar por la corriente”.
A finales de 2002, el XX Congreso del Partido Obrero se reposicionó con respecto al MSZP. El Congreso declaró: el MSZP no es nuestro amigo ni nuestro aliado natural. El MSZP es uno de los muchos partidos burgueses húngaros que defienden el capitalismo. Esta decisión congresual fue un punto de inflexión en la vida del partido.
4. La falta de preparación ideológica del partido contribuyó al fortalecimiento del oportunismo y a la larga lucha contra el mismo.
En parte esto fue resultado del hecho de que la base del partido entre los intelectuales era pequeña. Entre 1989 y 1990 la mayoría de los antiguos académicos marxistas no se unió al Partido Obrero, sino a la socialdemocracia. En parte porque les parecía la salida fácil, en parte porque el MSZP fue capaz de ofrecerles medios materiales, algo de lo que no era capaz el Partido Obrero.[3]
Otro problema fue que el trabajo ideológico no se asumió por todo el partido. Las Resoluciones del Comité Central ofrecían claros análisis marxistas, pero no podíamos lograr que esos materiales llegaran a todos. Una parte de los miembros del partido cayó bajo la influencia del anti-marxismo.
Un inconveniente importante del Partido Obrero fue que el partido no logró desarrollar un sistema de formación partidaria. Hubo muchos intentos pero todos ellos infructuosos. Nos dimos cuenta de que era casi imposible enseñar marxismo utilizando los viejos libros de texto y materiales tutoriales. Necesitábamos nuevos métodos, nuevos libros de texto, nuevos profesores, pero todo ello exigía tiempo.
5. Una parte considerable de miembros del partido rechazó durante mucho tiempo creer en la posibilidad de que existiese una oposición oportunista interna.
Muchos de ellos no se cansaban de repetir que “debemos ver lo que tenemos en común, no lo que nos diferencia”. Muchos pensaban que no había malas intenciones, que los dirigentes más jóvenes del partido sólo estaban buscando algunas vías de modernización. Es deplorable que incluso para algunos miembros del presidium del partido llevase tiempo reconocer que estábamos enfrentándonos a una ofensiva político-ideológica general tendente a dividir al Partido Obrero y no a confusiones y engaños de dirigentes jóvenes.

6. La frustración y el pesimismo de los miembros del partido también jugó su papel.

Era difícil acostumbrarse al hecho de que desde 1989-1990 había capitalismo en Hungría. Era difícil entender lo que suponía perder el poder. Muchos de los miembros del partido aun albergaban la esperanza de que el reflujo del movimiento comunista pasaría pronto y que aunque el socialismo no regresara, al menos el partido se fortalecería. Muchos no entendían por qué el Partido Obrero, a pesar de 15 años de dura y persistente lucha, no entraba en el parlamento mientras los comunistas griegos, portugueses, checos y de otros países obtenían buenos resultados electorales.
7. El Partido Socialista Húngaro (MSZP) apoyó por todas las vías posibles el fortalecimiento del oportunismo dentro del Partido Obrero.
Los dirigentes de los socialdemócratas se dieron cuenta de que en el futuro próximo el Partido Obrero podría suponer un peligro para el MSZP. ¿Qué lo indicaba?
En primer lugar, a pesar de que el Partido Obrero no podía entrar en el parlamento puesto que sus resultados, entre el 2,2 y el 3,9%, no eran suficiente para superar la barrera electoral del 5%, en 2002 los votos del Partido Obrero eran decisivos en muchos distritos electorales. Si en 2002, en la segunda ronda de las elecciones, el Partido Obrero no hubiera apoyado a los candidatos del MSZP, éste podría haber perdido. En aquella ocasión el MSZP había obtenido el 42% de los votos, mientras que su rival, el Fidesz, había obtenido el 41,07%.
En segundo lugar, en 2004 el Partido Obrero impulsó un referéndum nacional sobre la privatización de los hospitales y otros establecimientos de atención sanitaria, exigiendo que éstos permaneciesen en manos estatales o municipales. Esta iniciativa iba dirigida abiertamente contra el MSZP, puesto que entonces el MSZP estaba en el poder y había sido el gobierno socialista-liberal el que había decidido privatizar la atención sanitaria. Los activistas del Partido Obrero, a pesar del frío invernal y la nieve, consiguieron reunir las 200.000 firmas necesarias para el referéndum (es más, se reunieron 300.000 firmas). Ésta fue la prueba de la fuerza organizativa del Partido Obrero.
En tercer lugar, el XX Congreso que el Partido Obrero celebró a finales de 2002 había cambiado la política del partido en relación al MSZP y dejó claro que en las futuras elecciones el Partido Obrero no apoyaría de ninguna manera al MSZP.
La iniciativa del Partido Obrero en el referéndum nacional molestó a los socialistas, que intentaron “comprar” al Partido Obrero. György Jánossy, por entonces Presidente del Consejo del MSZP, recibió instrucciones de persuadir al Partido Obrero, personalmente a Attila Vajnai, para que no entregara las firmas reunidas. También pidieron a los comunistas que no nombraran candidatos para las elecciones europeas. A cambio, ofrecieron su apoyo en los gobiernos locales y puestos bien pagados en instituciones estatales. La respuesta de la dirección del Partido Obrero fue escueta: ¡el Partido Obrero no se vende!. Nuestro partido presentó las firmas recogidas y continuó con el referéndum.
La dirección del MSZP se dio cuenta de que en las elecciones parlamentarias de 2006 se enfrentaría a un muy fuerte Fidesz, por tanto todo voto sería de gran importancia. El Partido Socialista nunca quiso cooperar con los comunistas a nivel nacional. Su objetivo siempre fue ganar votos del Partido Obrero utilizando la consigna de que “ante la amenaza fascista la izquierda debería estar unida”.
8. El papel del Partido de la Izquierda Europea (PIE) también fue importante en el fortalecimiento del oportunismo.
El Partido Obrero húngaro fue uno de los fundadores del PIE, aunque desde el principio mantuvimos importantes reservas respecto al PIE. El espíritu del PIE influyó a círculos intelectuales del Partido Obrero, aunque tal influencia se veía limitada por la barrera idiomática.
En diciembre de 2004 el presidente del PIE, Fausto Bertinotti, visitó Budapest para convencer a la dirección del Partido Obrero de la importancia de la “nueva cultura política europea”, que en su opinión consistía en sustituir el concepto “pasado de moda” de la lucha de clases. Bertinotti no logró convencer a la dirección del partido, pero la oposición oportunista vio la prueba de que sus posiciones y actividades eran apoyadas “a nivel europeo”.
En enero de 2005, Attila Vajnai, por entonces aún vicepresidente del partido, propuso celebrar un referéndum dentro del partido para confirmar nuestra pertenencia a la Izquierda Europea. Su intención era obvia: bajo el disfraz de “europeo” y “moderno” quería poner al partido de su parte. El Comité Central rechazó la idea de referéndum interno.

¿Cuáles fueron las consecuencias de la actividad de la oposición oportunista interna?

Los ataques de los oportunistas en el seno del partido tuvieron un fuerte impacto en el movimiento comunista húngaro y en el Partido Obrero.
1. Los ataques de la oposición oportunista inmovilizaron totalmente al Partido Obrero, a sus miembros y organizaciones durante 500 días, debilitando así al partido ante las elecciones parlamentarias de 2006, a pesar de que todas las predicciones parecían sugerir que el Partido Obrero podría obtener los votos de quienes en cuatro años se habían decepcionado con el MSZP.
2. Las fuerzas oportunistas debilitaron organizativamente al partido. Como no lograron obtener la dirección del partido en 2005, abandonaron el Partido Comunista Obrero Húngaro y, en 2006, registraron un nuevo partido bajo el nombre de “Partido Obrero Húngaro – 2006”. Como resultado de esto, alrededor del 20% de los miembros abandonaron el PCOH y una parte de ellos se unió al partido escindido, pero una parte mayor, frustrada, abandonó el movimiento comunista.
La dirección de 4 (de un total de 19) comités regionales del partido se fue con los oportunistas. Como resultado de ello, muchas organizaciones de base en esas regiones se vieron sorprendidas y se volvieron pasivas.
3. Las fuerzas oportunistas dañaron la credibilidad del movimiento comunista húngaro, demostrando que “aquí tampoco hay unidad, aquí también hay únicamente disputas internas entre unos y otros”. Eso distanció a muchos potenciales simpatizantes.
4. Estos acontecimientos hicieron retroceder al inicio el proceso de fortalecimiento de la influencia comunista en los sindicatos y en los movimientos civiles.

En la lucha contra el oportunismo

Para combatir al oportunismo el Partido Obrero ha adoptado una serie de medidas políticas, ideológicas y organizativas que han salvado al partido de la destrucción.
1. El Partido Obrero realizó un análisis marxista de la ofensiva oportunista.
En 2005, el XXI Congreso del partido completó este proceso y declaró: “El XXI Congreso Comunista del Partido Obrero condena las acciones de algunos miembros y organizaciones del partido contra las resoluciones del Comité Central del Partido Obrero. El objetivo de su actividad fue, bajo el pretexto de una supuesta actitud permisiva hacia la derecha para sustituir a la dirección del partido, socavar al Partido Obrero y someter a nuestro partido al Partido Socialista Húngaro. Los fraccionalistas han causado un serio daño al Partido Obrero y han desviado a las fuerzas del partido del trabajo electoral y organizativo. El Congreso ha confirmado las resoluciones del Comité Central sobre la oposición interna, aprueba la expulsión de la oposición interna de las filas del Partido Obrero y la disolución del comité regional de Baranya. El Congreso cierra la discusión sobre la oposición interna. El Congreso llama a todos los miembros y organizaciones del partido a restaurar la disciplina del partido”.
2. El Partido Obrero decidió llamarse Partido Comunista Obrero Húngaro en 2005.
Con esto el partido quería demostrar, en la política interna y de cara al movimiento obrero internacional, que nuestro partido es un partido comunista marxista-leninista.
3. En 2009 el XXIII Congreso del PCOH cambió casi completamente la composición del Comité Central y del Presidium del partido.
Para dar entrada en la dirección del partido a fuerzas frescas, nuevas: trabajadores activos, intelectuales obreros. La media de edad de los miembros del Comité Central elegidos por el Congreso fue de 50 años.
4. La dirección del partido decidió ejercer el control directo sobre los medios de propaganda del partido, el semanario del partido “Szabadság” y la actividad en Internet.
El partido ha organizado el servicio de comunicación interno, que entrega a las organizaciones locales el semanario central y, al mismo tiempo, ofrece comunicación entre la organización central y las locales.
5. En 2011 el PCOH creó la Academia Ervin Szabó.[4] Entre sus 80 estudiantes están todos los miembros del CC, todos los dirigentes regionales, militantes jóvenes y dirigentes de las organizaciones de jóvenes y de mujeres.
6. El Partido Obrero ha llevado a cabo un considerable trabajo teórico e ideológico.
En el año 2006 el CC realizó un completo análisis de los acontecimientos contrarrevolucionarios de 1956. En 1997, año del 90 aniversario del Gran Octubre, se analizaron nueve décadas de movimiento comunista.
En 2010-2011 elaboramos las tesis del Nuevo Programa del PCOH. Sobre la base del nuevo conocimiento y experiencia, utilizando nuevos métodos, analizamos cuatro décadas de socialismo en Hungría y las razones de la contrarrevolución de 1989. Estas tesis se discutieron a todos los niveles por los miembros del partido. Al mismo tiempo, el CC aceptó las Tesis del Comité Central del Partido Comunista Obrero Húngaro ante el centenario del nacimiento de Janos Kadar, en las que se realizó un nuevo análisis de la actividad de Janos Kadar y la experiencia del socialismo húngaro.
El presidium del partido y sus departamentos trabajaron una serie de materiales en los que se analizaban temas específicos del sistema de pensiones, de la política de empleo, de la política económica y cuestiones de la construcción del partido.
Como resultado de todo este trabajo se preparó el Nuevo Programa del PCOH, que fue adoptado por el XXIV Congreso del partido, celebrado en 2012.
7. El Partido Obrero ha concentrado todos los esfuerzos en el trabajo concreto.
Entendimos que el desarrollo ideológico y político del partido es posible únicamente si el partido prueba sus principios en el trabajo concreto, los añade a la experiencia concreta y la utiliza en su trabajo político-ideológico. El partido participa en las acciones sindicales, se manifiesta, organiza actividades partidarias en las calles de las ciudades y los activistas del partido entran en organizaciones y movimientos civiles.
8. El PCOH ha profundizado en sus vínculos con otros partidos comunistas marxistas del mundo y está estudiando sus experiencias. El PCOH es participante activo de los Encuentros Internacionales anuales de Partidos Comunistas y Obreros.


***

En esta lucha, el Partido Obrero ha aprendido que no sólo debe estar preparado para resistir los ataques de las fuerzas burguesas de la derecha. Debemos darnos cuenta de que las fuerzas burguesas, junto con las campañas anticomunistas, utilizan al oportunismo como una de las principales armas en la lucha contra el movimiento comunista.
El sistema capitalista, incluyendo el capitalismo húngaro, está en crisis. Esta crisis surge de la misma naturaleza del capitalismo y parece que los países capitalistas son incapaces de controlarla. La burguesía, en todas partes, responde a la crisis mediante la reducción del gasto en necesidades sociales y otras necesidades públicas y mediante la restricción de los derechos de los trabajadores. Esto ha incrementado la resistencia de las masas.
El Partido Comunista Obrero Húngaro, aunque con dificultades que aún no hemos podido dejar atrás, ha soportado las duras experiencias de las últimas dos décadas y es una fuerza real y reconocida en Hungría. En la sociedad húngara cada vez más gente comienza a darse cuenta de que la política y la ideología de la reconciliación con el capitalismo no llevan a ninguna parte. Sólo hay un verdadero camino: la lucha contra el capitalismo, la perspectiva de la revolución socialista.

* Gyula Thürmer es Presidente del Partido Comunista Obrero Húngaro

[1]               Hasta 2005 el nombre fue Partido Obrero
[2]               Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica. N. del T.
[3]               Todas las propiedades del antiguo Partido Socialista Obrero Húngaro le fueron asignadas al PSH, que fue nombrado cesionario oficial.
[4]           Ervin Szabó (1877-1918), dirigente del movimiento obrero húngaro, teórico marxista, historiador y sociólogo.

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